El partido de ida fue dominado de principio a fin por un Arsenal que veía como el Atlético de Madrid se quedaba con 10 jugadores en el minuto nueve. 80 minutos con superioridad numérica y un dominio total en el juego y en el partido. Pero con el paso de los minutos, Oblak y la defensa atlética se hicieron grandes y consiguieron frenar las acometidas inglesas. Un 1-0 no sería suficiente para un Arsenal que tuvo ocasiones y un control total del juego. El conjunto de Simeone hizo honor a su lema "nunca dejes de creer", mantuvieron el 1-0 el mayor tiempo posible gracias, en gran medida, a Oblak. Más de 20 disparos y once córners que no pudo materializar el Arsenal, que se pegó un tiro en el pie. Minuto 81, y Griezmann se aprovecharía de un despiste defensivo de los ingleses para anotar el gol del empate que significaría el definitivo 1-1, un resultado que deja al Atlético más vivo que nunca y con todas sus opciones intactas. El Wanda Metropolitano vivirá una noche mágica y llevará en volandas a su equipo, tal y como exigió Simeone en rueda de prensa.
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